


El prelado del Opus Dei ha estado en Barcelona con motivo del fallecimiento de su hermano José. Ha querido así estar cerca de la viuda y de toda la familia. El sábado 9 de julio celebró una misa de funeral por su alma en el Oratorio de Santa Maria de Bonaigua.
Incluimos un enlace al articulo en la web del Opus Dei sobre el evento, del que adelantamos estos párrafos:
El Prelado recordó que precisamente fue su hermano Pepe quien le invitó a acercarse al Opus Dei, “con una invitación llena de respeto, de libertad. Estoy seguro de que gran parte de mi vocación -de mi correspondencia, del descubrimiento de mi vocación, porque la vocación la da Dios- se la debo a mi hermano”.
“Pensar en nuestra muerte -continuó- hace también que demos tantísimo valor a la vida ordinaria, al trabajo, a la familia, a todo lo que nos ocupa de modo habitual, que tiene un gran valor precisamente por ser camino del Cielo”. Recordó el primer verso de un poema de Pedro Salinas: ‘¡Qué gran víspera el mundo!’, y lo glosó diciendo: “Una víspera de algo muy grande, que es la plenitud de nuestra felicidad en la gloria de Nuestro Señor Jesucristo”.
Don José Ocáriz Braña, que falleció en Barcelona el 3 de julio pasado, fue uno de los primeros profesores del IESE (Barcelona), al que se incorporó en 1963. Estaba casado y tenía ocho hijos. Entre el casi medio millar de personas que asistieron a su funeral estaban los ex directores generales del IESE Carlos Cavallé y Jordi Canals, así como diversos compañeros de claustro como Leopoldo Abadía y Manuel Velilla.
