La alegría del perdón


1 ¿Qué es la confesión sacramental?
Es un sacramento, algo que santifica. Un punto de encuentro con Dios. Dios purifica tu corazón, lo libera del mal, recuperas tu capacidad de amar. Es el sacramento de la Penitencia, Reconciliación, Perdón, Confesión o Conversión.
Puede confesarse el bautizado que ha pecado.
2 ¿Qué es un pecado?
Es lo que te aleja de Dios y los demás y te hace infeliz. Dios señala el mal. Como un padre, por amor, indica al hijo un peligro. Dios no puede padecer, pero sí compadecerse. Sufre, porque tu ingratitud, ante sus regalos, te hace infeliz. Y nadie más puede darte la vida, etc. Sufre, porque te ama y no es indiferente. Y es feliz cuando consigue liberarte de tu egoísmo o adicciones.
3 ¿Cómo puedo saber qué es pecado?
Cometes un pecado si algo es malo (materia), lo sabes (advertencia) y lo quieres (consentimiento). Es una desobediencia voluntaria a la Ley de Dios (amar).
Tu conciencia: alaba el bien y te recrimina el mal. Formación: no basta con querer, aprende, o no sabrás curar a un herido o distinguir una seta venenosa; estudia el Catecismo, los Evangelios, al Papa. La experiencia: el tiempo muestra qué es correcto, por sus frutos.
Los diez Mandamientos de la Ley de Dios son como una brújula o GPS. Hay pecados mortales y veniales. Y de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Mortal: materia grave, plena advertencia, perfecto consentimiento (pierdo la gracia, sin arrepentimiento, me condenaría al rechazar el perdón). Venial: materia leve, o materia grave sin plena advertencia o completo consentimiento (disminuye la caridad, dispone al pecado mortal, merezco las penas del purgatorio).
4 ¿El pecado esclaviza?
Sí. Sabes que algo te daña y perjudica a los demás, y no puedes evitarlo. Te deja vacío, triste. Jesucristo es tu Salvador. Y las virtudes te hacen libre.
5 ¿Qué es una tentación?
Una prueba. Una invitación a actuar mal. Por miedo, debilidad, placer. Es una trampa, como el anzuelo para el pez. Si no consientes, no es pecado. El pecado no da la felicidad porque el demonio no la tiene; envidia tu felicidad de aquí y la del cielo. Reza. Lucha. El sacrificio es como el gimnasio del alma.
6 ¿Es posible no pecar?
Sí, con la ayuda de Dios. La tentación nunca es superior a tus fuerzas. Eres libre. Si no luchas, sientes remordimientos. La única esperanza segura es la misericordia de Dios. Solo, te desesperas.
7 ¿Quién puede perdonar los pecados?
Solo Dios. La Iglesia, el sacerdote, actúa en nombre de Dios. Nunca puede hablar de la confesión. El pecado desaparece, como una mancha, solo queda el recuerdo. El amor purifica tu pasado
8 ¿Por qué debo confesarme con un sacerdote?
Porque lo dice Jesús. Para asegurarte el perdón. Da paz. El sacerdote no es mejor y también se confiesa. Pedir perdón y ser perdonado no es lo mismo. Si rompo un cristal y pido perdón al vecino, puede perdonarme; o no, porque es la quinta vez; o solo si pago el cristal. Pero Dios perdona siempre.
9 ¿Confesarse cuesta?
Al principio cuesta un poco, pero cada vez cuesta menos. El sacerdote te ayuda. Es como ir al médico, del alma. El sacerdote reza por ti, admira tu sinceridad, agradece a Dios tus buenos deseos. Dios no condena, acoge, da esperanza. Es ternura.
10 ¿Cómo confesarse?
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- Examen de conciencia: recuerdo qué he hecho mal.
- Dolor de los pecados: no actué correctamente, me arrepiento.
- Propósito de la enmienda: deseo cambiar.
- Decir los pecados al sacerdote: todos los mortales, con sinceridad, o no hay perdón.
- Cumplir la penitencia: rezo la oración o hago la obra que indica el confesor.
11 ¿La confesión es solo para los pecados mortales?
No. La confesión frecuente pone tu lucha lejos, en el pecado venial y faltas de amor. Y forma la conciencia. Ayuda a tener una conciencia delicada y amar a Dios y a todos.
12 ¿Para qué confesarme si volveré a pecar?
Sería como no ducharte por miedo a volver a ensuciarte. Estarías cada vez peor. Confiésate siempre que lo necesites. Levántate una y otra vez. Eso te hará santo. Ya mejorarás, con la ayuda de Dios y de la Virgen. La confesión es eficaz si es sincera, bien preparada. Evita la rutina. Dolor real de corazón. Propósito serio.
13 ¿Por qué me desanimo por mis pecados?
Porque intentas ser perfecto. Y las cosas cuestan, no salen a la primera, somos débiles. Rectifica. Fallar es normal. Si no aceptas la realidad, te desesperas.
Quieres ser santo. Dios te da su gracia y cuenta con el tiempo. Y tú a veces eres débil. Reconoce, con humildad y buen humor, que no es fácil.
Confesarse no es solo perdonar los pecados. Es pedir perdón, dolido, a un Amigo.
14 ¿Reconocerme pecador/a no me hunde y desanima?
Reconocer tus pecados es una gracia de Dios. Te permite mejorar. Si no conoces tus fallos culpas a los demás, y das pena. El sentimiento de culpa, como la fiebre, avisa del peligro, para curarte.
15 ¿Soy más feliz si no sé que algo es pecado?
No. El mal daña, aunque no lo sepas ni tengas culpa. Un veneno, o el egoísmo, te hacen infeliz. Si sabes, puedes elegir, eres libre.
16 ¿Por qué Dios no me ayuda a vencer siempre?
Para que seas humilde y no soberbio. Si te crees perfecto, te falta amor y desprecias a todos, te falta comprensión. Y eres pecador. Juzgar con dureza, sin misericordia, es injusto.
17 ¿Dios me ama si soy un/a pecador/a?
Dios te ama como eres, con tus fallos, si no los quieres. Sabe que quieres mejorar. Que te cuesta cumplir los propósitos. Si recomienzas, por amor, se alegra y te ayuda.
18 ¿Dios me ama, aunque me siento sucio/a?
Dios siempre te mira con cariño porque eres su hijo, o su hija. Ve tu corazón enamorado y tu voluntad débil. Que intentas convertirte. No te ve como un trapo sucio, te ve como una camiseta bonita para lavar.
19 ¿Dios perdona siempre?
Dios perdona todo, siempre. No se cansa de perdonar. Si te arrepientes de verdad. La misericordia de Dios es infinita.
20 ¿Soy santo/a o pecador/a?
Eres santo/a y pecador/a. Te arrepientes. Y te ilusiona amar de verdad. Compartir tus cualidades con todo el mundo. Cuando quieres, con la gracia de Dios, eres genial, das tu mejor versión y haces felices a muchos.
21 ¿Qué es una indulgencia?
Si desobedeces a tu madre, juegas con el balón y rompes el espejo, la culpa es tuya. Tu madre te perdona (culpa), pero debes arreglar el espejo (pena). La oración, la limosna y el ayuno o sacrificios son un modo de penitencia.
La indulgencia, plenaria o parcial, libera de la pena pendiente por pecados ya confesados y perdonados. Para obtenerla: 1. Realiza la obra indicada. 2. Confesión (con una semanal puedes ganar indulgencias cada día). 3. Comulga (días antes o después). 4. Reza por el Papa. 5. Rechaza todo afecto al pecado, incluido el venial, deseo de ser santo.
Solo las personas bautizadas pueden obtener indulgencias. Se puede conseguir una indulgencia plenaria al día, y muchas parciales. Se puede ofrecer por personas difuntas. Quien muere en gracia, con penitencia pendiente, se purifica en el purgatorio.
22 ¿Cómo pedir perdón si no hay sacerdote?
Dios también perdona fuera de la confesión. Pide perdón por amor, no por temor. Intenta confesarte cuanto antes, busca al sacerdote.
Las 30 preguntas propuestas por el papa Francisco para hacer una buena confesión:
En relación a Dios
1. ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad?
2. ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta?
3. ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración?
4. ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?
5. ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico?
6. ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago?
7. ¿Me revelo contra los designios de Dios?
8. ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

En relación al prójimo
9. ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?
10. ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras?
11. ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?
12. ¿Soy envidioso, colérico, o parcial?
13. ¿Me avergüenzo de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?
14. ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?
15. ¿Incito a otros a hacer el mal?
16. ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?
17. ¿Cómo cumplo mi responsabilidad en la educación de mis hijos?
18. ¿Honro a mis padres?
19. ¿He rechazado la vida recién concebida?
20. ¿He colaborado a hacerlo?
21. ¿Respeto el medio ambiente?
En relación con nosotros mismos
22. ¿Soy un poco mundano y un poco creyente?
23. ¿Como, bebo, fumo o me divierto en exceso?
24. ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?
25. ¿Cómo utilizo mi tiempo?
26. ¿Soy perezoso?
27. ¿Me gusta ser servido?
28. ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones?
29. ¿Nutro venganzas, alimento rencores?
30. ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
(2015, folleto Custodia el corazón)

Algunos textos breves sobre la confesión que te pueden ayudar
“El nunca se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón” (Papa Francisco, Ángelus, 17 marzo de 2013)
“Si alguna vez caes, hijo, acude prontamente a la confesión, y a la dirección espiritual. ¡Enseña la herida! ¿Para qué?; para que te curen a fondo, para que te quiten cualquier posibilidad de infección, aunque te duela como en una operación quirúrgica” (S. Josemaría, Forja, 192).
“Qué bueno es Dios (…) Su buen corazón es un océano de misericordia. Así, por muy grandes pecadores que seamos, jamás podemos desesperar de nuestra salvación. ¡Es tan fácil salvarse!”. “Nuestras faltas son como granos de arena al lado de la gran montaña de la misericordia de Dios”. “Dios corre detrás del hombre y le hace volver” (San Juan María Vianney).
“La santidad no consiste en tal o cual práctica, sino en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra nonada y confiados hacia la audacia en la bondad del Padre” (Santa Teresa de Lisieux)
Para saber más:
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (preguntas 295 – 312)