¿Es el aborto un derecho a defender?

Cada cierto tiempo aparece en primera plana de los medios de comunicación alguna noticia sobre el aborto, normalmente porque el partido gobernante propone una ampliación legal de la posibilidad de abortar. Hace dos días leíamos la triste noticia de que el Tribunal Constitucional acaba de avalar la ley que hace 13 años hizo Zapatero y que supuso una ampliación notable de la posibilidad de abortar.

Además, recientemente en nuestro país se está planteando la cuestión de si el aborto es un derecho de la mujer. Con esto el ciclo legal se cerraría: pasaríamos de despenalizar el aborto en 1995 a considerarlo un derecho en la actualidad.

Recientemente un estudioso del tema, preocupado por esta intrincada cuestión,  hacía un razonamiento, un tanto analítico si se quiere, pero muy clarificador y que paso a exponer.

Hay cosas que son verdad y cosas que son opinables. Que la tierra es redonda es una verdad científica y empíricamente demostrada. El que piense que la tierra es redonda está en la verdad y el que cree que la tierra es plana o cuadrada está en el error. Que es mejor el frio que el calor es ya algo opinable. Hay quien prefiere el frio y hay quien prefiere el calor. Nadie puede decir que el que piensa que una temperatura fresca es mejor que una calurosa está en la verdad o está en el error.

Hace años, en La Vanguardia, cada día aparecía una encuesta que preguntaba algo, se daban dos opciones y la gente votaba lo que le parecía. Una pregunta podía ser ¿Cree que este año el Barça ganará la liga? Unos votaban que sí y otros votaban que no. Y al final de la liga se sabía quién había acertado y quién estaba equivocado, puesto que no era posible que el Barça un año simultáneamente ganara y perdiera la liga. Y en esto no cabía discusión.

Otras preguntas eran de opiniones, por ejemplo ¿Quién cree que es mejor futbolista fulanito o menganito? La gente opinaba y al final del día decían cuántos opinaban una cosa u otra.

Conocer que cosas son verdades objetivas y qué cosas son opinables es muy importante. Sobre las opinables cada uno opina lo que quiera y nadie le puede decir nada. Sobre las cosas que son objetivas es vital conocerlas, pues si uno piensa que es falsa una cosa que objetivamente es verdadera, esta persona estará equivocada, estará en el error, y tomará decisiones que estarán equivocadas y llevará su vida a donde no tiene que ir.

¿El asunto del aborto se trata de algo objetivo u opinable? Es evidente que no es algo opinable. O la mujer tiene el derecho a abortar o no lo tiene. No puede suceder que simultáneamente sea y no sea un derecho de la mujer.

Hay quienes piensan que es objetivo que la mujer tiene el derecho a abortar y quienes piensan que no lo tiene. Pues bien, unos están en la verdad y otros están en el error. El asunto se reduce ahora a ver quien está en la verdad. Si fuera el abortar un derecho de la mujer significaría que hay personas -las mujeres- que tendrían derecho sobre la vida de otras personas -el bebé todavía no nacido-. Pero nadie tiene el derecho sobre la vida de una persona, eso sería admitir la esclavitud. Ni siquiera uno mismo tiene derecho sobre su vida. La vida de una persona la da y la quita Dios.

Caben dos objeciones al argumento anterior. Una es ¿pero realmente, un bebé en el seno de su madre es una persona? Aparte de que la ciencia ya se ha pronunciado sobre ello de modo afirmativo. Si se puede oír el latido del corazón de un no nacido todavía, es que allí hay un corazón vivo, y por tanto una persona viva. La segunda objeción es la de los que argumentan que nadie obliga a nadie a abortar, la que quiera abortar que aborte y la que no que no lo haga. Nadie obliga ni prohíbe nada. Este argumento se cae por su propio peso. Es como legalizar el robo. El que no quiera robar que no robe. Pero que a nadie se le impida robar. ¿Y quien defiende a la víctima de un robo? La ley tiene que prohibir el robo. De modo análogo ¿quién defiende a la víctima de un aborto, al bebe todavía no nacido? La ley ha de prohibir el aborto.

En otro orden de cosas, oponerse a que una mujer se le ofrezca el poder oír el latido del corazón de su hijo es privarle de una información. Para tomar buenas decisiones es necesario disponer de información. Sin esta información le va a ser más difícil a la mujer decidir bien ¿Por qué tanto afán en impedirlo?

Desde el Oratorio de Bonaigua queremos contribuir a sensibilizar la conciencia de tantas personas acerca el derecho a la vida. Me consta que algunos estáis implicados en diversas asociaciones comprometidas con la vida, como “Cuarenta días por la vida”, “Maternitas”, o “Pro Vida”, por citar algunas. Otros procurarais arrojar un poco de luz que permita valorar la dignidad de toda vida humana, incluida la del embrión. En cualquier caso, elevamos nuestra oración a la Misericordia de Dios para que la Verdad resplandezca y sigamos avanzando en el reconocimiento de la vida como un don de Dios. Que todos aportemos nuestro granito de arena. Que no seamos indiferentes ante un tema tan crucial.