
La Misa ha sido una ocasión más para sentir la unión que nos aporta el cariño hacia Santo, que compartimos quienes estábamos allí.
Las palabras del Rector en la homilía nos han recordado -con ideas y ejemplos- la escuela de amor y de piedad que es la familia cristiana, tal y como lo relatan el Papa Francisco y San Josemaría en sus respectivas experiencias.
En la entrada del Oratorio se encontraba disponible el boletín “San Josemaría HOY” (Num.18 / 2022). Al final de este post hay un enlace para que puedas leerlo en PDF. Te adelantamos aquí unos párrafos:
AMOR APASIONADO A LA IGLESIA
San Josemaría reflejó durante toda su vida una actitud de plena fidelidad y servicio a la Iglesia, “la misma que fundó Cristo y no puede ser otra” (Amar a la Iglesia, 2ª ed., pág. 14).
Buena parte de sus enseñanzas sobre la Esposa de Cristo están en ese libro, que reúne tres homilías suyas: Lealtad a la Iglesia, El fin sobrenatural de la Iglesia, y Sacerdote para la eternidad. Este párrafo del citado libro es muy significativo:
“La Iglesia es un misterio grande, profundo. No puede ser nunca abarcado en esta tierra. Si la razón intentara explicarlo por sí sola, vería únicamente la reunión de gentes que cumplen ciertos preceptos, que piensan de forma parecida. Pero eso no sería la Santa Iglesia. En la Santa Iglesia los católicos encontramos nuestra fe, nuestras normas de conducta, nuestra oración, el sentido de la fraternidad, la comunión con todos los hermanos que ya desaparecieron y que se purifican en el Purgatorio –Iglesia purgante–, o con los que gozan ya –Iglesia triunfante– de la visión beatífica, amando eternamente al Dios tres veces Santo. Es la Iglesia que permanece aquí y, al mismo tiempo, transciende la historia”
(Josemaría Escrivá, Amar a la Iglesia, 2ª ed., pág. 14).

