En nuestro ciclo de los sábados por la mañana, el pasado día 7 de Mayo de 2022 tuvimos la oportunidad de contar con un gran especialista en transhumanismo, autor de numerosas publicaciones sobre el tema.
Más abajo resumimos algunas de las ideas que expuso.

Albert Cortina
Albert Cortina Ramos es abogado y urbanista. Director del Estudio DTUM, impulsa un humanismo avanzado para una sociedad donde las biotecnologías exponenciales estén al servicio de las personas y de la vida. Promueve la integración entre ciencia, ética y espiritualidad. Actualmente focaliza su atención en la preservación de la naturaleza y condición humana desde una antropología adecuada que priorice el desarrollo integral de la persona. Cree en unos principios basados en una ética universal que tenga su fundamento en la ley natural y en la espiritualidad del corazón. Desde su vocación profesional gestiona ideas, valores y proyectos a favor del bien común.


EL TRANSHUMANISMO, MÁS UNA RELIGIÓN QUE UNA IDEOLOGÍA
“El transhumanismo pretende construir una sociedad posthumana a partir de tres revoluciones: la digital, la biológica y la espacial”. Esto es lo que afirmó el profesor Albert Cortina en la charla “Transhumanismo: la ideología que desafía al humanismo cristiano”, pronunciada el sábado 7 de mayo en el ciclo de conferencias sobre cuestiones de actualidad del Oratorio Santa María de Bonaigua.
Según el profesor Cortina, la revolución digital se desarrollaría “a través de la humanización del robot: se les llama “persona electrónica”, mientras que, hasta ahora, la persona solo era la humana”. En la misma línea está la llamada “datificación”: el dato como recurso, en lugar del petróleo o la energía, que lleva al Big data, la Ciencia de Datos. Los resultados de esta revolución son los grupos de “biohacking y grinders”, que “traspasan” su piel con tecnología.
La segunda revolución sería la biológica, “el rediseño de los seres humanos, la ectogénesis, el útero artificial y la gestación sin madre”. En cuanto a la revolución espacial, se trata de salir del confinamiento de nuestro mundo para colonizar otros planetas. “Esto exigiría mejorar genéticamente el ser humano para hacerlo capaz de adaptarse a las condiciones de vida de esos lugares”.
“El transhumanismo, esta nueva utopía o distopía del siglo XXI, dice: vamos a liberarnos de la condición humana, liberarnos de la enfermedad, de la vejez, de la muerte: vamos a ser inmortales. En el fondo, es una ideología reduccionista, que solo valora la mente humana y rechaza el cuerpo por considerarlo solo un instrumento material. “A partir de nuestro deseo, y de una total propiedad sobre nuestro cuerpo, se llega a un trans-humano, es una transición a otro ser, el post humano”.
“Más que una ideología -explicó el profesor Cortina- es una religión que quiere sustituir al cristianismo. La religión -dicen los transhumanistas- no han mejorado el ser humano, pero lo vamos a conseguir con el “biomejoramiento”. Los transhumanistas pretenden ser creadores en vez de criaturas: “estamos ante el ‘seréis como dioses”.
Frente a esta concepción del ser humano, la respuesta cristiana son las tres revoluciones: ecológica (véase la encíclica “Laudato sì”, de Papa Francisco), humanista –el desarrollo humano integral reivindicado por Benedicto XVI en sus documentos”-, y espiritual: “el incremento de la conciencia de la acción del Espíritu Santo, los dones del Espíritu Santo y la gracia santificante”. “Se trata de promover un humanismo cristiano para el siglo XXI, y para las nuevas generaciones”.
Albert Cortina, abogado y urbanista, es además profesor de la Universitat Internacional de Catalunya. Entre otros libros, es autor de “Despertad: Transhumanismo y nuevo orden mundial” y “Humanismo avanzado para una sociedad biotecnológica”.
Miquel C.